Parashá Hukat 5757
12 julio 1997/ 7 tamuz 5757
Números 19 :1 - 21:1
(Traductor: Rabi Irving Elson, USN capellan,
navychap@ix.netcom.com)

La muerte impregna la parashá de esta semana. Nos estamos
acercando al final de la trayectoria de Israel de 40 años en el
desierto. Uno después del otro, Miriam muere sin previo aviso
ni mucha ceremonia, Dios juzga que Moisés y Aaron no merecen
traer al pueblo de Israel a su destino prometido, y Aaron muere
después de transferir su autoridad de sacerdote a su hijo Elazar.
La proximidad de todas estas historias inspiran la imaginación
midráshica a conectarlas a una concepción integrad de lo que es
el liderazgo.

R Yossi ben Yehuda, un contemporáneo de R Yehuda HaNassi,
el editor de la mishná, especula que Israel gozó en el desierto de
la dirección de tres líderes excepcionales cada uno de los cuales
proporcionó un gran bien para el bienestar nacional. Moisés no
trabajó solo, sino en colaboración cercana de Aaron y Miriam.
R Yossi dice: Moisés era responsable de proveer comida al pueblo
de Israel, (el maná que caía cada noche). Aaron era responsable de
la nube que cubría y protegía a los Israelitas del sol, y Miriam se
encargaba del pozo que siempre estaba presente en el campamento
de Israel. En resumen Dios decidió distribuir las bendiciones de la
naturaleza a través de tres vías separadas. Al morir cada líder
el regalo asociado cesó.

La fundación interpretativa de este midrash se deriva de nuestra
parashá. Por ejemplo, aprendemos de la tarea de Miriam por la
conexión entre su muerte, y lo que sigue inmediatamente después.
Al morir Miriam, el argumento de la historia cambia al escándalo
acerca de la falta de agua, precisamente el incidente por el cual
Moisés y Aaron pierden su liderazgo (Bemidbar 20:1-2). Rashi,
basándose en el midrash del Talmud (Taanit 9a), identifica el pozo
con la piedra que siempre acompañaba al pueblo de Israel en sus
jornadas y que Moisés, molestado por la muerte de su hermana,
golpea en vez de hablar.

Similarmente, directamente después de la muerte de Aaron hay un
ataque sin provocación por el rey de Arad, que obtiene una victoria
preliminar (Bemidbar 21:1). R Yossi, conjetura que el rey había oído
de la muerte de Aaron (vayishma) y notando la ausencia de la nube
protectora, decide que la hora era oportuna para destruir al vulnerable
pueblo de Israel. Así en los dos casos, razonando al revés, R Yossi
afirma lo que cada líder había traído al pueblo de Israel. Por un tiempo,
Moisés puede llenar el vacío. El pozo y la cobertura de nubes son
restaurados por Dios gracias únicamente a los méritos de Moisés,
por lo menos, hasta su inminente muerte.

¿Cuál es el más profundo significado de este midrash? Yo he escogido
leerlo como una meditación sobre la naturaleza de un buen líder. A pesar
de la imponente posición de Moisés, y de su relación íntima con Dios, a él
le está negado el poder para ejercer la autoridad absoluta. El midrash
rezuma escepticismo sobre la naturaleza humana. Nadie está libre de
errores o de tentaciones. La mejor forma de evitar el poder absoluto es
dividirlo. Por lo tanto, cada miembro de la terna es indispensable, no
haciendo ningún trabajo del otro. Y todos unidos crean un elegante
equilibrio de poder.

El midrash tampoco contradice el retrato que pinta la Torá de Moisés.
Él no está consumido por la ambición o por un sentido de infalibilidad.
Cuando la Torá destaca la cualidad más notable del carácter de Moisés,
escoge su humildad: "Mas el hombre Moisés era muy modesto, más
que todo hombre que hay sobre la faz de la tierra (Bemidbar 12 :3).".
En ninguna ocasión, Moisés considera usurpar la autoridad de culto
de Aaron y de los cohanim para concentrar toda la autoridad del culto
y de la política en sus propias manos. Constantemente, él reconoce
públicamente su incapacidad de responder a cuestiones de ley religiosa
sin la ayuda de Dios (Bemidbar 9:8, 1:34, 27:5). Y es Moisés el
primero en reconocer que su tarea se ha vuelto tan incomoda, que es
imposible llevarla a cabo él sólo, respondiendo con alacridad a la
propuesta hecha por Dios para compartir el poder con el Consejo
de 70 sabios, (Bemidbar 11:16-29).

Un midrash sobre la haftara de nuestra parashá nos ofrece un contraste
vivido al liderazgo marcado por humildad y colaboración. Leemos la
historia de Iftaj porque nos enseña los mismos enemigos que fueron
confrontados años antes por Moisés en nuestra parashá. Poco más que
un mercenario desarraigado, Iftaj llega al poder como caudillo de las
tribus de Israel en una época de desorden y derrota nacional. Como
se esperaba, él libera a Israel del mando opresivo de los Amonites,
pero no antes de hacer un juramento a Dios que le atormentaría el
resto de su vida y las vidas de muchas generaciones después.

¡Qué interesante que los rabinos, al seleccionar esta haftara,
intencionalmente omitan la conclusión trágica! Antes de lanzarse a
la batalla, Iftaj había hecho el juramento temerario a Dios: "Si me
entregas a mis manos los Amonites, prometo que lo primero que salga
de la puerta de mi casa a encontrarme a mi retorno, ofreceré como
un holocausto para El Señor (Shofetim 11:30-31).". Desgraciadamente
lo que le da la bienvenida no es un animal apropiado para sacrificar,
sino su hija, todavía doncella, cambiando un momento de gloria a uno
de duelo. Aunque la narrativa bíblica termina en la ambigüedad, para
los rabinos no cabe duda que la hija de Iftaj pagó con su propia vida
la promesa. (Shoftim 11 :39-40).

Sin embargo, lo que los Rabinos no comprenden es porqué ella tuvo
que morir. ¿Porqué no anulo Iftaj su promesa con Pinjas el Cohen Gadol?
Para justificar esta tragedia, ofrecen la siguiente explicación: La arrogancia
paralizó a los dos hombres. Los Rabinos imaginaron a Iftaj diciendo:
"Yo soy rey, por lo tanto, ¿por qué debería ir yo a Pinjas?" A lo que
responde Pinjas: "Yo soy el Cohen Gadol y el hijo de Aaron, ¿porqué
debería ir yo a este imbécil?". Atrapada en medio, una joven mujer muere
en vano. El midrash condena al Cohen Gadol y al padre, por igual. Pinchas
perdió acceso al espíritu divino e Iftaj tiene una muerte lenta, literalmente
pierde uso de sus miembros uno tras otro.

La advertencia está clara: Para tener un liderazgo efectivo, uno tiene que
retener el sentido de la proporción y de insuficiencia. Escuchar, trabajar
juntos, y el compromiso son hábitos del corazón que forman una disposición
modesta. Qué afortunado es el pueblo en el que sus líderes pueden admitir
sus errores. Para Iftaj, la fuerza y la humildad eran sumamente incompatibles.
Pero no para Moisés, acerca de quien dijo R. Yohanan una vez hablando de
Dios: "Cada vez que la Torá habla de su grandeza, también lo hace
de su humildad.".

Shabat shalom

Ishmar Schorsch

La publicación y distribución de los comentarios (en inglés) de las parashá
ha-shavuá del Dr Schorsh han sido posibles por la colaboración generosa
de Rita Dee y Harold Hassenfeld.